Vivir la Naturaleza
Cada vez son más quienes buscan escapar de los sinsabores propios de la vida dentro de la ciudad, para poder así refugiarse en entornos más naturales. El ecoturismo y el “Outdoor” son actividades que se practicadas con mayor frecuencia por las nuevas generaciones. En el caso particular del regiomontano; individuo tradicionalmente relacionado con el trabajo y la dedicación, el utilizar los fines de semana como momento propicio para disfrutar de actividades al aire libre, se transforma cada vez más en una suerte de tradición.
La situación puede resultar complicada si de desplazamientos se trata. Las zonas de entorno natural del área metropolitana de la Sultana del Norte, se encuentran rumbo a la periferia de la urbe. En el norte tenemos el Cerro del Fraile, al que visitar puede representar una travesía complicada si tomamos en cuenta las distancias y el tráfico. Por su parte las zonas del sur de la ciudad, como Carretera Nacional, Cumbres o Chipinque se nos presentan como opciones más accesibles para todo aquellos que buscan ese contacto con un entorno natural.
La opción
Si bien la elección de escapar el fin de semana, puede servir como una solución en la búsqueda por una “experiencia ecológica”, existen quienes no se conforman, y dirigen sus objetivos de vida a despertar todas sus mañanas respirando el aire fresco de la montaña, de los lagos o de los valles pero eso sí, sin alejarse de las comodidades propias de la ciudad. En este caso, el invertir en una propiedad como residencia particular ubicada en un entorno natural, puede resultar la opción más viable; desarrollos de vivienda residencial en la zona cumbres como Cumbres del Sol o Alpes de CARZA o la adquisición de lotes para construir tu casa como SierraAlta o Bosque Residencial rumbo a la carretera nacional, son ejemplos de ello.
Las Ventajas
Son muchas las ventajas de habitar en un entorno natural, desde el beneficio directo a la salud, debido al aire puro circulando en nuestros pulmones por la mañana y por la noche, hasta el médicamente comprobado impacto que tiene el paisaje natural en la reducción de los niveles de estrés y ansiedad propios de la vida moderna.
Otro beneficio inmediato de vivir en un entorno natural es la motivación constante para la realización de actividades deportivas, lo anterior si dichos desarrollos cuentan a lo largo de la urbanización con “vitapistas” o andadores para correr, caminar o andar en bicicleta.
La reflexión
Si lo que buscas es naturaleza pero sin alejarte de las comodidades de la metrópolis, tal vez deberías plantearte el habitar dentro de un desarrollo urbano enclavado en una zona natural.